MARTIRIO DE SANTA CATALINA DE ALEJANDRÍA

 

Entre los dos arcos fajones, y en el lado de la epístola, se encuentra el primer grupo de pinturas correspondientes al martirio de Santa Catalina de Alejandría. En el centro de las mismas se practicó un ventanuco sin que, al parecer, supusiera la eliminación de ninguna figura significativa. Por lo demás, es el conjunto pictórico de la ermita que mejor se conserva

 

Pulsando el botón izquierdo del ratón sobre cada una de las escenas se muestra la original y su réplica correspondiente.

 

MARTIRIO DE SANTA CATALINA DE ALEJANDRÍA

Realizadas en el estilo franco-gótico o gótico lineal pertenecen, quizá, a finales del siglo XIII o comienzos del XIV. Presentan grandes afinidades formales con las pinturas de San Miguel de Foces y los expertos en el tema no dudan en adscribirlas a la escuela del llamado maestro de Bierge.

La característica mas peculiar de las pinturas de la ermita de Santa María del Monte de Liesa es  su tono ejemplarizante. Los responsables de su realización quisieron advertir a los fieles cristianos, con rotundidad, el compromiso vital que se adquiría al aceptar la comunión cristiana. Hay varias pruebas de esta peculiaridad, como el hecho de la tozuda reiteración en los pasajes más escabrosos de la vida y martirio de los santos. En este caso, además de las escenas evidentes en la hagiografía al uso en el siglo XIII, se incluye una última escena de martirio, el serrado de la santa por la mitad, que no aparece en los relatos mas oficiosos, y que debía formar parte del acervo popular o de algún relato apócrifo conocido en la época.

Si examinamos las escenas de izquierda a derecha y de arriba a abajo y las comparamos con el relato de Santiago de la Voragine (La leyenda dorada) podemos llegar a las siguientes conclusiones:

REGISTRO SUPERIOR:

* 1ª escena: Catalina, hija única del rey Costo de Alejandría poseía una formación cultural formidable. Desoyendo una orden imperial de Majencio, por la cual se debían hacer ofrendas a los dioses paganos, se presenta ante el emperador y le recrimina la costumbre de adorar a los falsos dioses. La crónica va más allá indicando que mantiene un acalorado debate con el Emperador con impecable oratoria y empleando silogismos de construcción ejemplar. El Emperador, que queda profundamente impresionado por su elocuencia y belleza, continúa en días sucesivos debatiendo con ella, pero es derrotado dialécticamente en cada ocasión.

* 2ª escena: Majencio decide convocar un certamen dialéctico, en el que Catalina deberá defender sus convicciones ante 50 de los más afamados sabios, venidos de todo el Imperio. Pero Catalina en un nuevo alarde dialéctico sale triunfante de la discusión utilizando pasajes del mismísimo Platón y, por supuesto, de la Biblia. El triunfo es tan rotundo, que incluso los sabios quedan convertidos al cristianismo y son arrojados a la hoguera.

* 3ª escena: La Santa se nos presenta de cuerpo entero bajo templete o edículo sosteniendo un libro (símbolo de sabiduría) y la rueda del martirio que la identifica en el santoral. Lo curioso de esta serie de pinturas es que no aparece escenificada precisamente la tortura de las ruedas armadas de cuchillas. Estas ruedas son fabricadas expresamente para dar martirio a la santa por orden de Majencio, pero serán destruidas por un ángel antes de que puedan dañarla.

REGISTRO INTERMEDIO:

* 4ª escena: En el orden en que narra la historia del martirio Santiago de la Voragine, tras reiteradas discusiones, el emperador Majencio acaba por flagelar a Catalina sin conseguir sus propósitos. A continuación será encarcelada y en prisión recibirá la visita de la esposa del Emperador, la Emperatriz, denominada REGINA en las pinturas. La elocuencia de Catalina ganará a la Emperatriz para su causa, hasta el punto de que Majencio la hará martirizar y ejecutar. La escena que nos muestran las pinturas no es de fácil interpretación. Parece ser que la Emperatriz, acompañada de su hija (también conversa), intercede ante Majencio en favor de Catalina. Apoya su ruego con la narración de lo que parece ser un sueño que se desarrolla en la siguiente escena, con la cual conecta a través de los pájaros que vendrían  a significar sueño o presagio del más allá.

* 5ª escena: La emperatriz (REGINA) se halla en lo que parece ser el infierno donde penan los pecadores, contándose entre ellos alguna cabeza coronada. Parece indicar con ello la suerte que aguarda a los infieles y pecadores, aunque su explicación no es evidente, ya que no he encontrado ninguna referencia ni en La leyenda Dorada ni en las Actas de los Mártires.

REGISTRO INFERIOR:

* 6ª escena: Flagelación de la Santa con cilicio de puntas de plomo, si atendemos a la estructura del dibujo. Este episodio es el primero de los martirios en la leyenda oficial, anterior por supuesto a la fracasada tortura de las ruedas con clavos y cuchillas, pero nada debe hacernos pensar que la lectura de las imágenes debiera ser en el orden que estamos siguiendo.

* 7ª escena: La Santa va a ser serrada por la mitad pero la mano de un ángel interviene evitándolo. Este episodio no es explícito en la Leyenda Dorada y todo nos hace pensar que sea un añadido popular, nacido de alguna leyenda apócrifa pero bien conocida en la época, hasta el punto que los clientes la hicieron plasmar en la serie que comentamos. Llama la atención la semiescena que se desarrolla a la izquierda de la imagen, en la que la santa parece recibir la comunión (¿de manos del ermitaño Trifón que, parece, fue el causante de su conversión) y orar por la comunidad de cristianos, en un último gesto antes de ser ejecutada. Sobre su fin, sabemos que murió ejecutada por decapitación cuando la paciencia de Majencio había alcanzado ya su límite.

Finalmente debo señalar que el propio Santiago de la Voragine mantiene serias dudas de que el emperador responsable del martirio y ejecución de Catalina fuera Majencio, en un momento histórico en el que se daban de forma simultánea tres emperadores romanos: Constantino, Majecio y Maximino. Siendo este último administrador y dueño del Imperio de Oriente es probable que fuera él, en última instancia, el responsable de la muerte de la Santa.

 

 

INICIOVOLVER